Desafíos institucionales y progreso gradual: ¡Arriba Perú!

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Por Esteban Rossi I., Ph.D., Analista, New Frontier Data

Uno de los principales desafíos para la industria legal del cannabis consiste en armonizar intereses diversos. Para cualquier gobierno, cumplir con las agendas políticas y brindar servicios de salud mientras se manejan las percepciones del público representa una tarea difícil. En Perú, esta combinación de intereses retraso el acceso de los pacientes a los productos de cannabis. Si bien el público manifestó un creciente apoyo a la regulación integral del cannabis, los líderes políticos de ambos lados del espectro han sido muy cautos y cuidadosos. Aunque la administración anterior aprobó un ambicioso programa de cannabis medicinal, este no cumplió con algunas expectativas del público. A continuación, New Frontier Data describe estos desafíos complejos pero solucionables y destaca avances interesantes.

Desafíos institucionales

En general, los peruanos valoran el cannabis y lo utilizan con responsabilidad. Durante décadas, tanto los adultos jóvenes como las personas mayores, junto con los pacientes y atletas, han disfrutado de las propiedades terapéuticas de los cannabinoides. Las encuestas locales y los datos de las Naciones Unidas (ONU) indican que la prevalencia de consumidores en el país es de entre el 8% y el 10% de la población, y que la regulación del uso médico fue bien recibida por el público. Cuando el expresidente Pedro Pablo Kuczynski en 2017 aprobó el uso médico (Ley 30681), la reacción de la sociedad fue abrumadoramente positiva.

Por supuesto, el verdadero reto está en la ejecución de las políticas de salud. El desarrollo de las guías técnicas y su posterior implementación tomó mucho más tiempo de lo previsto, aunque el gobierno si pudo establecer un sistema de registro de pacientes y otorgó permisos de importación a numerosas empresas. Mientras tanto, el establecimiento de una cadena de suministro sólida que proporcione productos a los pacientes de manera constante sigue siendo un proyecto en desarrollo. Los retrasos y la escasez de productos siguen siendo frecuentes. Adicionalmente, las asociaciones de pacientes y usuarios argumentan que el marco regulatorio existente no garantiza el acceso a las minorías, las poblaciones desfavorecidas o los auto-cultivadores. Bajo la Ley 30681, las asociaciones no pueden obtener licencias ni para producir para sus miembros ni para producir para uso doméstico. Sin embargo, el Congreso aprobó recientemente una nueva ley (PL6532) que actualiza el código penal y permite que las asociaciones se cultiven por sí mismas, este es, sin duda, un gran paso adelante para las asociaciones y sus pacientes.

En su mayor parte, los líderes políticos peruanos tienden a mantener una distancia prudente en relación con las politicas de regulación del cannabis. En las últimas elecciones presidenciales, (finalizadas en junio de 2020), los dos principales contendientes expresaron serias objeciones en relación con el avance de la normativa para cannabis. Una vez elegido, el presidente Pedro Castillo anunció que no tiene interés en modificar el marco regulatorio actual. Para complicar aún más las cosas, el país experimentó una crisis constitucional antes de las elecciones y se vio muy afectado por la pandemia de COVID-19. Dadas esas circunstancias, es poco probable que el cannabis forme parte de la lista de prioridades legislativas del nuevo gobierno.

Avances graduales en el mercado medicinal  

Perú se vio obligado a enfrentar la crisis del coronavirus mientras intentaba avanzar en su programa de cannabis medicinal. En abril, la agencia sanitaria (Digemid) otorgó licencias de distribución a 39 empresas que venden productos importados y formulaciones genéricas (es decir, productos compuestos o preparaciones magistrales). La primera licencia de producción y cultivo fue a Cannfarm. Asimismo, numerosos grandes actores de la industria han obtenido licencias de distribución en Perú; Entre las firmas activas están Inkafarma, Anden Naturals, Khiron y Plena Global, mientras que Digemid distribuye los productos a través de su propia farmacia. Anden Naturals ha proporcionado extractos de CDB a Digemid en el pasado.

Los precios de las formulaciones genéricas de cannabis oscilan entre $ 57 y $ 83 soles ($ 15- $ 21 USD). Inkafarma y Miafarma  distribuyen preparaciones de CBD que oscilan entre el 5% y el 10% de CBD. La cadena local de farmacias Farmacia Universal distribuye productos de CBD y THC en sus diez tiendas de Lima. Al igual que los productos importados, las formulaciones genéricas requieren prescripción médica. Los precios de las formulaciones genéricas varían según las necesidades del paciente, la frecuencia de uso y la concentración de cannabinoides.

Por otra parte, los pacientes peruanos pueden comprar productos registrados como Cannabiol (fabricado por laboratorios Knop con sede en Chile) o Sativex (GW Pharmaceuticals). El costo de Sativex varía entre $ 507-1,164 soles / $ 156- $ 358 USD.

Desde 2019, las listas de pacientes registrados han aumentado constantemente. Más de 15.000 pacientes reciben ahora cannabis medicinal reconocido en el registro nacional (ver figura). Dado el tamaño de la población peruana (estimada cerca de 33,5 millones) y la prevalencia de enfermedades crónicas allí, el potencial de crecimiento del mercado peruano es considerable.

Tendencias a largo plazo

Las tendencias generales indican que el mercado peruano seguirá creciendo, aunque a un ritmo lento. En el mediano plazo el acceso a productos y la educación de los médicos probablemente seguirán siendo los cuellos de botella del mercado médico. Mientras tanto, el mercado gris de productos importados y flor seca probablemente se beneficiará de un mayor interés público y una base creciente de evidencia médica.

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