El mercado legal de cannabis en Uruguay: lecciones y perspectivas

uraguay flores

Por Esteban Rossi I., Ph.D., Analista, New Frontier Data

Hace casi una década, el presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, señalo que nadie debería ir a la cárcel por fumar cannabis y que era absurdo permitir que actores ilegales o informales controlaran el mercado. Posteriormente, bajo su liderazgo, Uruguay se embarcó en un experimento político audaz y sin precedentes para regular el cannabis de uso adulto. Aunque desde entonces la mayor parte del mundo occidental se ha familiarizado con el legado de Mujica, la pregunta apremiante sigue siendo: ¿Cuál es el mejor camino para regular esta joven industria y crear un nuevo mercado?

En un intento de caracterizar los mejores enfoques para la legalización del cannabis, a continuación, New Frontier Data describe los logros, lecciones y perspectivas de la experiencia uruguaya. Nos basamos en los datos disponibles a través de Equio, nuestra plataforma  de inteligencia de negocios, junto con entrevistas con lideres de la industria y las cifras proporcionadas por el Instituto Uruguayo del Cannabis (IRCCA).

Hitos más importantes

Tras un comienzo lento e irregular, el IRCCA logró tres hitos importantes y marcó el rumbo de múltiples jurisdicciones. En pocos años, Uruguay estableció un exitoso mercado de consumo para adultos, se hizo un espacio en los mercados internacionales de flores y gestionó la narrativa pública en torno al proceso de legalización.

En la actualidad, Uruguay cuenta con aproximadamente 260.000 consumidores adultos que obtienen cannabis a través de diferentes canales. Según el IRCCA, entre el 30% y el 35% de ellos obtienen regularmente cannabis a través de: farmacias (48.000), autocultivos (13.000) y clubes (7.000 usuarios distribuidos en más de 200 clubes). Aunque los 190.000 usuarios restantes siguen obteniendo cannabis en el mercado gris, mayoritariamente doméstico, el mercado regulado exhibió una tasa de crecimiento interesante: 27% entre 2021 y 2022.

Las empresas locales, autorizadas por el IRCCA y apoyadas por el ministerio de agricultura y la agencia de exportación, encontraron un nicho en los mercados extranjeros. En 2020, las cifras de envíos fueron las siguientes: Flor THC por 5,2 millones de dólares; flor CBD por 2 millones de dólares, para un total de 7,2 millones de dólares. Además, Uruguay exportó algunos pequeños envíos de semillas junto con Epifractan, una tintura de CBD fabricada por Medicplast, en un acuerdo por valor de 173.000 USD. Por el contrario, las exportaciones de flores durante los primeros 10 meses de 2021 representaron 5,1 millones de dólares estadounidenses.

En los últimos dos años, la flor de THC uruguaya llegó a Alemania, Portugal e Israel, mientras que la mayor parte de la flor de CBD entró en Europa a través de Suiza. Las tinturas o extractos, por su parte, fueron enviados en su mayoría a Brasil y Argentina. Estas cifras representan los logros de apenas 20 empresas que entregaron productos de calidad a los compradores internacionales. Adicionalmente, estas cifras también proporcionan un punto de referencia para evaluar y comparar las proyecciones y planes de negocio de las empresas más jóvenes en otras jurisdicciones.

Si bien estas empresas localizadas en el cono sur se encuentran muy bien posicionadas para aprovechar los recientes avances legislativos en los mercados europeos, los inversores deben mantener la cautela ante posibles enfoques proteccionistas de la regulación y el comercio internacional. Si países europeos como Malta, Luxemburgo y Alemania optan por las ventajas de calidad y precio y favorecen el libre comercio, las empresas latinoamericanas se enfrentarán a un aumento de las exportaciones en 2022 y 2023. Por el contrario, si los legisladores europeos siguen el ejemplo canadiense y restringen las importaciones, el mercado evolucionará mucho más lentamente y someterá a los consumidores a precios más altos.

El modelo de regulación uruguayo se basa en el control gubernamental del mercado de adultos y ha demostrado que incluso en las sociedades tradicionales, a los ciudadanos no les gustan las políticas prohibicionistas y buscan activamente enfoques alternativos. Asimismo, los funcionarios públicos uruguayos gestionaron cuidadosamente el debate público sobre la política del cannabis en América Latina. El IRCCA comunicó claramente que sustancias como el THC no deben ser consumidas por los adolescentes y que deben ser usadas bajo supervisión y con prudencia. Aun así, la agencia demuestro que el Estado puede desempeñar un papel activo en el mercado del cannabis para garantizar que los usuarios puedan acceder con seguridad a un producto de calidad a un coste razonable.

Principales lecciones

Hasta ahora Uruguay ha demostrado que la colaboración público-privada da resultados y que las premisas defendidas por Mujica siguen siendo válidas en la actualidad. Mientras tanto, el público y los mercados financieros se beneficiaron de la creación de esta nueva industria. Lamentablemente, el tipo de visión y la fortaleza del gobierno uruguayo resultó difícil de encontrar en otros lugares. En Colombia, por ejemplo, aunque el gobierno amplió recientemente el acceso a las fórmulas genéricas, las regulaciones técnicas y comerciales incompletas siguen retrasando la exportación de flor seca. La situación es particularmente confusa ya que el propio presidente Iván Duque anunció en julio de 2021 que apoyaría la industria del cannabis. En una línea similar, algunos gobiernos latinoamericanos siguen criminalizando a los usuarios y a los autocultiva dores y apenas comienzan a desarrollar un marco regulatorio robusto para llegar a los mercados regionales o internacionales.

Además de las posibles deficiencias de los líderes, los usuarios y las empresas deben asumir parte de la responsabilidad por la lenta evolución de la industria legal en la región. Con frecuencia, algunos entusiastas del cannabis, junto con académicos subestiman el impacto de cuatro décadas de políticas prohibicionistas. De hecho, pocas narrativas en la historia reciente han tenido tanto éxito a la hora de configurar los imaginarios públicos en torno a la justicia social, la salud pública y el control policial. Por lo tanto, la industria del cannabis legal requiere importantes esfuerzos de comunicación y educación para ganarse el corazón de los líderes socialmente conservadores y de sus electores.

Expectativas para 2022

En los próximos meses debemos esperar un crecimiento gradual, ligado a los avances legislativos en Europa, así como a los avances en Israel y Australia. El IRCCA está preparando el lanzamiento de un nuevo producto (variedad de flor) con mayor contenido de THC para satisfacer las necesidades de los consumidores maduros. De forma lenta pero segura, los productos uruguayos y colombianos seguirán compitiendo por un pequeño pedazo del mercado ilícito de la región que comprende unos 12.000 millones (USD) y buscando clientes en Europa, Asia y Oriente Medio (véase Latam, 2021. Informe global). Además, un número creciente de pequeñas y medianas empresas seguirá desarrollando nuevos productos para mercados locales y el comercio en línea. Lo más probable es que nuevos productos se desarrollen en uno de estos nichos locales. Por último, nuevos actores han entrado recientemente en el negocio de la producción de semillas con el objetivo de proporcionarlas a los cultivadores domésticos en todo el mundo. Uruguay y Colombia parecen estar bien posicionados para liderar estos nuevos negocios.

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