Mexico: el mercado mas grande del mundo
Por Esteban Rossi I., Colaborador especial de New Frontier Data
El pasado Noviembre (2020) el senado de la republica de México aprobó un ambicioso proyecto de ley para regular el cannabis de uso adulto. El proyecto integra tres ejes de política pública: derechos humanos, salud y desarrollo. Debido a que México cuenta con una población que supera los 127 millones de personas, al regular el cultivo, distribución y comercialización, los legisladores sentaron las bases para el mercado más grande de Cannabis de uso adulto en el mundo (Figura 1). Ahora el turno le corresponde a la cámara de diputados para revisar el proyecto de ley y someterlo a votación antes del final de Abril 2021. Se espera que en esta fecha se complete el proceso, sin embargo, los diputados podrían dilatar el proceso si lo requieren.
El proyecto titulado: “Ley para la regulación del Cannabis” se apoya fuertemente en la experiencia de otros países, las perspectivas de los pacientes y abundante evidencia científica sobre las propiedades terapéuticas del Cannabis. El proyecto incorpora también aprendizajes importantes de Uruguay, Canadá y Colombia y busca integrar las necesidades del público con los intereses comerciales. Con esta iniciativa, el congreso mexicano, apoyado por el poder ejecutivo, busca proteger los derechos de los usuarios y las comunidades rurales, reducir la violencia y crear oportunidades para empresas mexicanas.
El modelo regulatorio escogido por el congreso refleja un serio análisis de los modelos de negocio más exitosos en la industria del cannabis. En vez de enfocarse en mercados internacionales saturados y con fuertes barreras de entrada, México decidió iniciar con un mercado doméstico de uso adulto que permita generar ingresos rápidamente. Asimismo, al permitir la producción y distribución de cannabis mediante asociaciones (clubs) y empresas privadas, el gobierno creara numerosos empleos en todo el país.
En la versión actual el proyecto de ley define cuatro tipos de licencias: uso adulto, investigación, uso medicinal y uso industrial. Los usuarios adultos pueden cultivar cannabis para consumo personal, para propósitos comerciales o a través de asociaciones. Las personas pueden tener hasta cuatro plantas y hasta veinte plantas por predio. De forma similar, las asociaciones pueden cultivar cuatro plantas por miembro. Las empresas licenciadas pueden distribuir comercialmente bajo estricta supervisión. El estado deberá de monitorear la producción, distribución y establecerá las reglas para las operaciones comerciales.
Inicialmente el proyecto de ley buscaba prevenir la integración vertical y la formación de grandes conglomerados, pero la comisión del senado elimino este articulo justo antes de la aprobación del proyecto. Este tipo de tensiones ilustran la complejidad del proceso legislativo: el gobierno está obligado a crear un nuevo mercado y al mismo tiempo regularlo. Siguiendo la experiencia uruguaya, el proyecto estipula la creación de una agencia especializada dedicada a establecer los lineamientos técnicos y supervisar la implementación de la política pública. La creación de esta agencia, similar al IRCCA en Uruguay, permitirá reducir los obstáculos burocráticos y garantizar que funcionarios capacitados monitoreen la evolución de la industria. Posteriormente, esta agencia también se encargará de desarrollar estrategias educativas y de prevención para poblaciones jóvenes y vulnerables.
Por otra parte, los críticos señalaron que a pesar de su acertado enfoque el proyecto de ley se queda corto en sus compromisos para la protección de los derechos humanos. Por un lado, el proyecto despenaliza la posesión y propone medidas para compensar a las comunidades rurales afectadas por el régimen prohibicionista. Por otro lado, el proyecto autoriza acciones punitivas en contra de los usuarios que superen las dosis autorizadas y mantiene la completa autonomía de las autoridades policiales. En consecuencia, la implementación de la ley probablemente traerá numerosos desafíos. Finalmente, la nueva agencia para el cannabis tendrá la responsabilidad de garantizar que la reglamentación refleje el espíritu de la ley en beneficio de los consumidores y las empresas.
Mientras avanza el proceso regulatorio y la reglamentación, México deberá practicar la misma cautela y disciplina ejercida por el estado uruguayo desde 2014. La regulación debe ir acompañada de medidas para prevenir el consumo entre los menores, reglas claras para manejar el turismo cannábico y controles adecuados para evitar conexiones entre el mercado regulado y el no regulado. De forma similar, los legisladores deben tomar precauciones para asegurar que la reglamentación se base en los pilares de política pública descritos anteriormente y que el público permanezca bien informado. Los avances legislativos consensuales, aunque lentos, por lo general tienden a ser más exitosos.
En conclusión, regular el cannabis de uso adulto es una gran oportunidad para México y Latinoamérica. El mercado de uso adulto ofrece beneficios tangibles en salud pública, economía y seguridad. Los usuarios habituales se verán beneficiados al contar con un mayor acceso a productos de calidad a un precio razonable mientas que las autoridades probablemente observarán un declive en los delitos menores asociados al microtráfico y el consumo. El estado, por su parte, obtendrá nuevos ingresos provenientes de los impuestos a la nueva industria del cannabis.
